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Más de 15 antiguas minas que abastecían de oro al reino macedonio de los Ptolomeos, y también a Macedonia, están siendo sacadas a la luz en las profundidades del desierto egipcio por un equipo interdisciplinar de 50 miembros entre los que se encuentra un griego, el doctor Markos Vaxevanopoulos, geólogo e investigador asociado de la Maison de l’Orient et de la Méditerranée Jean Pouilloux College de Lyon, ha descubierto más de 15 minas de oro en la zona de Ghozza, a 85 km de Hurghada, en el este de Egipto.

Una cesta intacta, probablemente de palma, que contiene restos de oro de la dinastía ptolemaica (300-200 a.C.) es el hallazgo más importante de la misión de este año, que se está completando estos días, a la vez que se han descubierto varios objetos procedentes del poblado de los antiguos mineros, situado en medio de una vasta zona llena de aperturas de minas.

Este año también se han encontrado artefactos del uso reciente de las minas, como fragmentos de cerámica utilizada por los mineros árabes durante el periodo islámico, en torno al siglo VII d.C. Siglo.

“Es emocionante cuando encontramos un objeto fabricado por los antiguos griegos de la dinastía ptolemaica. Está intacto, como si alguien lo hubiera dejado allí ayer”, relató M. Vaxevanopoulos, que explicó: “En el desierto, la humedad es del 10-15%, 20% como mucho, por lo que cualquier material orgánico permanece inalterado”.

No es casualidad que durante las excavaciones realizadas en la superficie en días pasados se encontraran en las minas trozos de tela de la ropa de los mineros, así como mechas de las lámparas utilizadas para iluminar la oscuridad en las profundidades del desierto, pero también un trozo de la madera de un martillo minero.

Además, se encontró un gran número de piedras de cuarzo con pepitas de oro.

La expedición a Ghozza, dirigida este año por el geomorfólogo Mael Crepy, se lleva a cabo desde 2020 y en ella participan científicos de EE.UU., Francia, Alemania, Eslovenia y, por parte griega, Markos Vaxevanopoulos, mientras que en 2024 un equipo griego formado por arqueólogos, espeleólogos, etc. llevará a cabo parte de las excavaciones.

El periodo de explotación minera en Egipto comenzó alrededor del año 1420 a.C., en la época de los faraones, pero alcanzó su apogeo en el periodo helenístico, con el establecimiento del reino macedonio por Ptolomeo. En Egipto se han encontrado antiguas minas griegas que, como demuestra el estudio de la tecnología, la perforación y las herramientas utilizadas, son similares a las de Lavrio y Pangeo.

Las fuentes indican que la dirección de las minas era griega, pero no se sabe si los trabajadores fueron transportados desde la antigua Grecia o eran esclavos egipcios. Si se encuentra material esquelético en el cementerio del pueblo de los mineros, podría dar respuesta a esta pregunta.

“Encontrar el esqueleto de un minero en un cementerio o en las minas es un gran descubrimiento porque da información sobre su origen. En general, sin embargo, es extremadamente importante si encontramos incluso el objeto más pequeño que se remonte a esa época y que fuera utilizado por los antiguos y posiblemente por los griegos. Especialmente para mí, la sensación es aún mayor”, afirma M. Vaxevanopoulos.

En la actualidad se han identificado más de 15 minas de oro y las excavaciones se encuentran en la superficie, por lo que los científicos están ansiosos por adentrarse en ellas, que pueden alcanzar una profundidad de 50-60 metros.

Recientemente, en la zona de Ghozza -que debe su nombre a un pequeño fuerte romano- se encontró una “carta” escrita por un minero hace 2.300 años. En concreto, se halló una concha con un mensaje escrito en lenguaje coloquial helenístico, en el que destacan las palabras “sed” y “hambre”. Al parecer, se trata de un mensaje desesperado sobre las duras condiciones de trabajo en las profundidades del desierto, recuperado de una mina de oro.

En las antiguas minas del desierto oriental de Egipto -el llamado Desierto Oriental, en el extremo sureste de la zona delimitada por el Nilo hasta el Mar Rojo- el tiempo parece haberse detenido en la época helenística. La sequía lo ha conservado todo en excelentes condiciones, y los científicos estiman que pueden reconstruir la época y la actividad minera con gran exactitud. La primera mina se encontró por casualidad en 2019 tras el aviso de un beduino. Inmediatamente se formó un equipo multidisciplinar internacional para iniciar la investigación, y cada año hay más. El poblado de los mineros, situado en la misma zona de Ghozza, también ha arrojado hallazgos impresionantes. Las excavaciones en los restos arquitectónicos y en el subsuelo seco sacaron a la luz edificios y una serie de objetos relacionados con el procesamiento del mineral. Más de 500 piedras de molino, herramientas de corte de piedra y otros artefactos relacionados con el refinado del mineral de cuarzo y la extracción de oro. Con el tiempo, toda la roca de cuarzo se transportaba desde las minas a talleres instalados en el pueblo, donde otros trabajadores utilizaban piedras de molino especiales para triturar la roca y tamizar el polvo para extraer el oro. Esta práctica era común en todo el mundo conocido entonces.

Markos Vaxevanopoulos ha estado en Egipto de forma periódica desde 2014, y las expediciones en las que ha participado han desenterrado interesantes hallazgos del periodo helenístico. En 2018, encontraron una inscripción en lengua helenística con la inscripción “Demetrio” en una antigua posada cerca del Nilo.

Al principio, los investigadores creyeron que el nombre había sido tallado por los turistas que se alojaban en la zona, pero los epigrafistas franceses llegaron a la conclusión de que se trataba de una inscripción de hace 2.200 años que hacía referencia -posiblemente- a Demetrio, un caudillo de los Ptolomeos.

Fuente original: https://www.thearchaeologist.org/blog/the-gold-of-the-ancient-macedonians-is-brought-up-from-the-depths-of-the-desert-in-egypt