En 1915, un grupo de arqueólogos estadounidenses excavaron en Egipto la antigua tumba del gobernador Djehutynakht y su esposa, que había sido saqueada en el pasado. Las momias habían sido desmembradas y la cabeza cortada de una de ellas acabó en el Museo de Bellas Artes de Boston. Tras muchos años sin saber a quien pertenecía, en 2016 un análisis de ADN proporcionó la solución al enigma.