Resumiendo mucho, la estructura social egipcia tenía a la cabeza al rey. Inmediatamente por debajo estaban  los sacerdotes, los nobles, los grandes funcionarios -a cuya cabeza se encontraba el visir, que era una especie de primer ministro- y los sacerdotes, seguidos por los soldados y tras ellos los escribas y los médicos. Más abajo se situaban los comerciantes y después los artesanos. Los campesinos y pescadores eran los que estaban en la capa más baja de la sociedad. Sólo había una categoría inferior: los prisioneros y esclavos.

Pirámide jerárquica en el antiguo Egipto. Tomado de: https://www.ancient-egypt-online.com/ancient-egypt-social-structure.html

Y precisamente la mayoría de los egipcios eran campesinos. Las tierras eran propiedad del Estado o de los templos, o de grandes señores que pagaban tributos.

Las cosechas se efectuaban de febrero a junio, y participaban hombres, mujeres y niños. Se ayudaban de bueyes para el trabajo, y empleaban almacenes de adobe (una mezcla de barro y paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol) para guardar el grano.

El noble Najt supervisa a los campesinos cosechando. Tumba de Najt. Reino  Nuevo. Tebas

El Estado se encargaba de pagar al pueblo mediante raciones de alimentos, pues no existía el dinero. En períodos de escasez, se usaban las reservas del grano almacenado. Hubo momentos en que los egipcios llegaron a pasar hambre, ya que la crecida del Nilo a veces no se producía de la manera habitual.

También se explotaba el ganado, formado por bueyes, ovejas, cabras y cerdos, al cuidado de pastores. Se criaban aves y otros animales para el consumo humano. Más tarde se introdujo el caballo, que se usaba sobre todo en el ejército.

Limpiando y secando aves. Tumba de Najt. Reino Nuevo. Tebas

Se conoce bastante sobre la vida de los artesanos por las excavaciones en el poblado de Deir el-Medina, que hemos mencionado antes. Aquí vivían artesanos y obreros que trabajaban en las tumbas del Valle de los Reyes. La semana laboral era de 10 días, y los obreros se dividían en dos grupos, el de la derecha y el de la izquierda (según en el lado de la tumba donde trabajaban), a las órdenes de un jefe.

Ruinas de la aldea de trabajadores de Deir el-Medina

Se sabe que estos trabajadores no podían abandonar la aldea sin autorización y que diariamente se pasaba lista… ¡como en el colegio! Aún así, algunos intentaban faltar al trabajo con excusas como la de tener un burro enfermo, enterrar a un familiar… ¡por tercera vez!, e incluso porque la esposa o la hija estuvieran con la menstruación.

Ostracon con un listado de ausencias laborales. Reino Nuevo. British Museum. Londres

El salario consistía en cereales, que pagaba el Estado, y también les proporcionaba ropa, pan y cerveza, calzado, herramientas, etc. Durante el reinado de Ramsés III, hubo una época de crisis que causó retrasos en el cobro de los salarios y el reparto de alimentos, por lo que los obreros se declararon en huelga… ¡la primera de la historia!

En cuanto a los sacerdotes, había de varios tipos. Los cargos principales tenían mucho poder en Egipto, incluso llegaron a desafiar a los faraones, gracias a la cantidad de riquezas que acumulaban en los templos. Los sacerdotes trabajaban en el templo por períodos limitados, pero luego se iban a su casa. Podían “casarse” y tener hijos (ver ficha 9).

Estatua Amenemiet  y su esposa. Él fue Jefe de Sacerdotes en la dinastía XIX y ella Cantora de Amón. Museo de Saqqara

También existían mujeres con cargos importantes en el templo, como “Cantora de Amón”. Generalmente las mujeres de los nobles y de los sacerdotes desempeñaban estas labores rituales. Había también bailarinas, músicas, etc, que tocaban instrumentos de viento, cuerda o percusión.

La profesión de escriba estaba muy bien considerada en el antiguo Egipto. Los niños que accedían a ser escribas acudían a escuelas especiales donde recibían una enseñanza bastante exhaustiva. En esta profesión era posible ascender socialmente, si se conseguía entrar como funcionario de la Casa Real, por ejemplo.

Escribas en la mastaba de Mereruka. Reino Antiguo. Saqqara

 

Textos: Elisa Castel y Helena Oliver

Fotografías: Teresa Armijo, Elisa Castel, Miguel Gamero, Antonio Lobo, Helena Oliver, Francisco Pérez Vázquez, Cristina Pino, Rosa Pujol, Jaume Vivó, SoloEgipto.

Para el resto de imágenes, las citadas en los pies de foto.