Pues sí amigos, desde el Reino Antiguo en Egipto había médicos, que se llamaban Sunu y los que hacían más uso de la magia para curar se denominaban Sau. Algunos eran médicos especialistas. Todos practicaban su ciencia uniéndola a la magia.

Aunque la esperanza de vida era muy corta (de 30 a 36 años dependiendo de la época), algunos egipcios murieron con mucha más edad, quizá gracias a la intervención de los médicos, sobre todo los reyes. Tanto Pepy II, en el Reino Antiguo, como Ramsés II, en el Reino Nuevo, superaron los 80 años.

El médico Sesheshen. Dinastía XII. Staatliche Museum Ägyptischer Kunst. Munich

Esta civilización nos ha dejado varios papiros médicos y de farmacopea en los que se muestran recetas y se identifican enfermedades.

El proceso consistía en que el médico le diera el nombre y la descripción de la enfermedad, indicara si era posible curarla y contara los síntomas para explicar el remedio. Un ejemplo tipo puede ser el siguiente: “Instrucciones para un fisura cauda por una herida en su cabeza que atravesó el huso y abrió el cráneo”. Todo parece bastante científico, sin embargo en esos textos se entremezclan prácticas mágicas, porque ya os hemos contado que la magia y la religión estaban estrechamente unidas y la medicina también.

Los diagnósticos se hacían del modo siguiente. Tras reconocer al enfermo, examinar su sudor u oler su orina, el médico decía: “es una enfermedad que yo trataré”, “es una enfermedad contra la que no lucharé” o “es una enfermedad que no debe ser tratada”, dependiendo de la gravedad del enfermo. Por ejemplo decían: “Si se examina a un hombre con una herida en la mejilla y encuentra que hay inflamación roja y levantada en las orillas de la herida, dirá con respecto al paciente: uno que tiene una herida en la mejilla. Una enfermedad que trataré. Durante el primer día deberá vendarlo poniéndole carne fresca. El tratamiento consistirá en mantenerlo hasta que disminuya la inflamación. Después deberá tratarla con grasa, miel y una cataplasma diaria hasta que esté bien”

El tratado más antiguo es uno ginecológico, llamado “Papiro de Kahun” (por el lugar donde se encontró), datado en el Reino Medio, pero uno de los más importantes y más largos es el “Papiro Ebers” (por la persona que lo halló) y trata de diferentes enfermedades. Está fechado en el Reino Nuevo. Otros tratan sobre cirugía, traumatismos, oftalmología, obstetricia, dermatología, pediatría o sobre mordeduras de serpientes, entre otros problemas y enfermedades, e incluso hay algunos que se ocupan de la veterinaria.

Mezclar magia y medicina se debe a que creían que las enfermedades estaban causadas por fuerzas malignas que dañaban al cuerpo y por esa razón no sólo había que emplear compuestos para elaborar los remedios sino también conjuros mágicos e invocaciones a algunos dioses encargados de la protección de ciertos órganos en concreto. Se ayudaban con el poder de algunos amuletos.

En los preparados se usaban todo tipo de componentes: leche, miel, plantas, minerales animales, etc., pero ¡también usaban excrementos de animales y orina! ¿os lo imagináis?

Sabemos que en Egipto no sólo hubo médicos reales, sino que otros se ocupaban de los nobles y que hubo una especie de medicina laboral. Los obreros que construyeron las pirámides o los que trabajaron en otras tumbas tenían accidentes y éstos eran tratados por médicos a pie de obra. En la tumba de Ipuy, en Deir el Medina, vemos a uno de estos doctores curando a un trabajador que se ha dañado el ojo y otro un brazo.

Tumba de Ipuy. El médico atiende el ojo del obrero. Reino Nuevo. Deir el-Medina. Tebas Tumba de Ipuy. El médico atiende el brazo del obrero. Reino Nuevo. Deir el-Medina. Tebas. Reproducción de Norman de Garis Davies en el Museo Metropolitano de Nueva York. https://www.metmuseum.org/art/collection/search/548572

En el templo de Kom Ombo, hay un panel en el que están representados muchos instrumentos utilizados por los médicos. Además, se han hallado algunos de ellos en los ajuares que los difuntos incluían en las tumbas.

Instrumentos médicos en el templo de Kom Ombo
Algunos Instrumentos médicos, que también se usaban en el proceso de embalsamamiento. Museo Egizio de Turín

La fama de los médicos egipcios traspasó las fronteras del país. Se han conservado cartas de gobernantes de Oriente Próximo que escribieron al faraón para que les enviara un especialista que pudiera curarles. Es bastante divertida la petición del rey de Hatti a Ramsés II. Le pedía un médico que consiguiera que una de sus mujeres concibiera un bebé.   Ramsés no se lo negó, pero le escribió diciéndole: “Ahora, mira, respecto a Matanazi, la hermana de mi Hermano, o, el rey, tu hermano, la conozco. ¿Dices que tiene cincuenta años? ¡Hamás! ¡Cómo mínimo tiene sesenta! […] Nadie puede hacer una medicina para que ella tenga hijos. Pero, por supuesto, si el Dios Sol y el Dios de la Tormenta lo desean […] Te enviaré un buen mago y un médico capaz, y de cualquier modo podrán preparar algunas medicinas de nacimiento para ella”.

Dioses de la medicina y la magia

Sin duda, el médico, astrónomo y arquitecto más famoso fue el sabio Imhotep. Fue divinizado y llegó a tener un clero encargado de honrarle. Vivió durante la dinastía III y fue el responsable de la construcción de la primera pirámide escalonada en la necrópolis de Saqqara. Se le suele representar sentado y con un papiro extendido sobre sus piernas.

Comenzando en el Nuevo Reino, fue invocado como el patrón de la escritura y la sabiduría, y en el momento en que se hizo la estatua que tenéis abajo, había alcanzado un estatus completamente divino, con su propia mitología y culto. Imhotep también fue invocado por su intercesión en la enfermedad y la infertilidad, y más tarde los griegos lo compararon con su propio dios de la medicina, Asklepios.

Imhotep, al que los griegos identificaron con su dios de la medicina Asklepios. 332–30 a.C . Metropolitan Museum. Nueva York https://www.metmuseum.org/art/collection/search/548300?&searchField=All&sortBy=Relevance&ft=Imhotep&offset=0&rpp=20&pos=1

Sejmet, cuyo nombre significa la poderosa, fue la patrona de los médicos y de la medicina porque era ella la que mandaba las enfermedades o las epidemias como castigo. Precisamente por conocer su naturaleza estaba capacitada para curar. Es una diosa con cabeza de leona y cuerpo de mujer. En el templo de Amenhotep III en Tebas Oeste se erigieron una enorme cantidad de estatuas de ella, se cree que para conjurar una epidemia de peste que asolaba el país.

Diosa leona Sejmet. Reino Nuevo. Museo Egizio. Turín.

La diosa escorpión Selqet y el dios Heqa eran otros de los dioses vinculados a la medicina mágica, sobre todo se ocupaban de las picaduras de animales ponzoñosos (serpientes y escorpiones). Selkis primero se identificó con un escorpión de agua y después con uno terrestre

En ese sentido, existían amuletos y estelas que protegían y teóricamente sanaban al enfermo de la acción del veneno. Se llaman “Estelas de Horus sobre los cocodrilos”. En ellas está el joven dios, sujetando en las manos animales ponzoñosos y peligrosos. En algunas hay textos mágicos. Sobre estas estelas se derramaba agua y el líquido se recogía, porque estaba cargado de la magia de la imagen y de los textos mágicos, y se daba a beber al enfermo.

Diosa Selkis. Tumba de Nefertari. Reino Nuevo. Tebas
Estela de Horus sobre los cocodrilos. Baja Época. British Museum. Londres

Otros dioses se vincularon al embarazo, el nacimiento y los niños, por ejemplo el enano Bes, la hipopótamo Tueris y la diosa Mesjenet, entre otros. Este grupo protegía a la madre y al niño desde que estaba en el útero hasta que nacía porque con su aspecto grotesco alejaban los genios dañinos que pudieran causar la enfermedad. Eran muy populares, y se han encontrado numerosos ejemplares en las casas de los artesanos, en forma de estatuillas y amuletos.

Diosa Tueris. Museo de El Cairo Dios Bes. Museo Museo Roemer y Pelizaeus. Hildesheim

Textos: Elisa Castel y Helena Oliver

Fotografías: Teresa Armijo, Elisa Castel, Miguel Gamero, Antonio Lobo, Helena Oliver, Francisco Pérez Vázquez, Cristina Pino, Rosa Pujol, Jaume Vivó, SoloEgipto.

Para el resto de imágenes, las citadas en los pies de foto.