Aunque a veces pensamos que casi todas nuestras costumbres y conocimientos provienen de los griegos y romanos, éstos tomaron bastantes cosas de los egipcios. En este apartado vamos a ver algunas de ellas de forma rápida:

Calendario civil

Aunque los egipcios tuvieron más de un calendario (por ejemplo el religioso o el lunar) el más importante fue el calendario civil. En él distinguieron las estaciones en función de los ciclos del Nilo y su influencia en la agricultura, puesto que él es el que facilita las cosechas y marca cuándo sembrar y recolectar. Fueron los primeros en elaborar un calendario de 365 días dividido en 12 meses de 30 días cada uno, al que se añadía otros 5 días al final del año, en los que se consideraba habían nacido Osiris, Isis, Seth, Neftis y Haroeris (Horus).

Tenían 3 estaciones de 4 meses cada una: la inundación (ajet), la retirada del agua o la siembra (peret) y la falta de agua o la recolección (shemu).

Este calendario ya estaba consolidado en el Reino Antiguo y algunos creen que pudiera ser obra de Imhotep, el arquitecto de la primera pirámide escalonada construida en Egipto, la del rey Dyeser en la necrópolis de Saqqara. Continúo utilizándose hasta la conquista romana, cuando fue modificado añadiéndole un día más cada cuatro años para solucionar el problema de que no tuviera años bisiestos. Ésta última modificación aun se empleaba en el siglo XVI de nuestra, antes de que se “inventara” el calendario gregoriano, que es el que usamos hoy en muchísimas partes del  mundo, aunque los musulmanes se rigen por el lunar.

Dioses heredados de Egipto

Los romanos llevaron a occidente ciertos cultos procedentes de Egipto que a su vez influyeron en algunos conceptos e imágenes de la religión cristiana, como la clásica representación de Isis amamantando al niño Horus o, ya romanizada, Isis con el tocado característico formado por unos cuernos de vaca y Horus con una pequeña doble corona. Nos recuerda mucho a la Vírgen María y al niño Jesús .

Diosa Isis y dios Horus, bajo su forma de Harpócrates. Siglo I/II d.C. Museo de El Cairo

Ocurre igual con la imagen de San Jorge matando al dragón, cuyo modelo pudo inspirarse en Horus aniquilando a su tío Seth para vengar la muerte de su padre Osiris, que simboliza la victoria del bien contra el mal.

San Jorge matando al dragón. Museo Británico

También el acto de la pesada del corazón para determinar si el difunto era justo, puede verse en muchas iglesias, en relación con la iconografía del Arcangel San Miguel.

San Miguel pesando las almas en una balanza. Catedral de Notre Dame. París.

Arte

A partir del “descubrimiento” de Egipto con la expedición de Napoleón al país del Nilo y a Siria (1798-1801), lo egipcio se puso de moda en Europa y EEUU.

Con las primeras excavaciones realizadas por europeos, empezaron a llegar obeliscos y otros elementos a ciudades como Londres, París o Roma.

Obelisco de Ramsés II en Piazza Del Popolo. Roma

El arte y la arquitectura egipcia influyeron en occidente de tal manera que aún hoy sigue ocurriendo (pirámides, esfinges, columnas, etc.), que aunque no proceden de Egipto sí están inspirados en él. Este estilo que mezcla elementos modernos con los del antiguo Egipto se suele denominar “egiptizante”.

Es fácil encontrarnos con elementos “egipcios” incluso en ciudades españolas, como Madrid. Por ejemplo, si paseáis por el parque del Retiro, muy cerca del estanque veréis un muro con una esfinge sobre él y en ese mismo parque hay una fuente que llaman “Fuente Egipcia”. En la pared exterior del Ayuntamiento, que está en la Plaza de Cibeles, sobre una ventana de la fachada de la calle de Alcalá, también veréis decoración inspirada en el Antiguo Egipto. ¡A ver si lo podéis encontrar la próxima vez que vayáis! Os dejamos una foto para que os sea más fácil.

Ayuntamiento de Madrid, fachada de la calle de Alcalá.

Si no sois de Madrid da igual, porque si vais observando los edificios de vuestra ciudad seguro que os asombraréis al ir descubriendo muchos elementos, esfinges, estatuas, etc., inspiradas en el antiguo Egipto. Incluso hay panteones en nuestros cementerios con formas que nos revelan la arquitectura de esta civilización, casi todos .

Neoesfinge en el Parque de El .Retiro. Madrid
Panteón en el cementerio General de Valencia. Tomado de: https://www.revistafuneraria.com/cementerios/el-cementerio-general-de-valencia-en-la-ruta-europea-de-camposantos
Panteón familiar de Celestino Martínez en Cartagena. Foto de José Antonio Rodríguez. Tomada de: http://moderdeco.blogspot.com/2014/03/8-panteones-neoegipcios-de-las-familias.html
Panteón de la familia Matínez Oliva en el cementerio de Mazarrón.  Foto de Guillermo Cegarra Beltrí. Tomada de: http://moderdeco.blogspot.com/2014/03/8-panteones-neoegipcios-de-las-familias.html

Desde 1972 en Madrid tenemos el privilegio de poder contemplar el Templo de Debod, que fue trasladado piedra a piedra desde Egipto. Este monumento iba a quedar sumergido debajo de las aguas del lago Nasser, tras la construcción de la gran presa de Asuán, entre 1959 y 1970. Egipto lo donó en agradecimiento a la ayuda que España proporcionó para trasladar y documentar todo lo que iba a quedar bajo el lago.

Este templo no es tan grande como otros que hay en Egipto y es relativamente moderno, pues está datado en el siglo II a.C. Lo empezó a construir Adijlamani, un rey nubio que vivía en un lugar situado muy al sur del país y que tenía por capital Meroe. Este rey había adquirido costumbres egipcias, incluso adoraba a dioses del Egipto faraónico. Más tarde, los reyes de la dinastía Ptolemaica lo ampliaron y finalmente, fue terminado por los emperadores romanos Augusto, Tiberio y quizá Adriano.

Templo de Debod. Madrid. Foto de Miguel Gamero Oliver

 

Juegos

El juego de la oca que conocemos pudiera tener su origen en el Antiguo Egipto; lo llamaban el juego de la serpiente o el juego “mehen”. Se han encontrado varios tableros redondos, en forma de serpiente enroscada. El jugador tenía que avanzar con sus peones desde la cola a la cabeza. Cada jugador tenía peones de distintas formas.

Juego de la serpiente Mehen Dinastia IV-VI. Museo de Leiden.

Literatura

Como ya os comentamos en el capítulo anterior, algunas obras de la antigua Grecia se inspiran en la literatura egipcia. Por ejemplo, “La Odisea” estaría inspirada en “El cuento de Sinhué”. Así mismo, el viaje de retorno de Ulises tendría similitudes con la historia del dios Osiris. Incluso algunos cuentos populares, como “La Cenicienta”, parecen estar basados en cuentos del antiguo Egipto.

Cine, cómics y novelas

A finales del siglo XIX los hermanos Auguste y Louis Lumiére presentaron ante el público la primera película de la historia, que por entonces era muda. Tres años después se puso en pantalla la primera relacionada con el Valle del Nilo, se trataba de la Huida a Egipto, una historia bíblica al gusto de la época.

Desde entonces hasta hoy, se han estrenado multitud de películas ambientadas en ese país de los temas más diversos. Sin duda, las momias son las que más han acaparado la atención de los aficionados al género de terror y de aventuras, seguidos de películas históricas cuya protagonista es la reina Cleopatra.

Cleopatra, interpretada por  Elizabeth Taylor. Tomada de: http://www.todocalidad.es/sabias-que-cleopatra-2/

En casi todas estas películas, la imaginación de los directores ha volado excesivamente. Algunas tienen verdaderos errores históricos,pero hay que tener en cuenta que no estamos leyendo un libro de historia, sino que es cine, es ficción, aún así algunas dan risa.

Sólo en contadas ocasiones, como por ejemplo la película polaca “Faraón”, del director Jerzy Kawalerowicz, se ajustan bastante bien a la ambientación de esa época, y decimos sólo ambientación porque el protagonista de este film es un rey Ramsés que en realidad no existió. La película contó con el asesoramiento de un especialista, y se nota mucho en los detalles.

Escena de la película de Jerzy Kawalerowicz, Faraón. Tomada de: http://industriasdelcine.com/2017/12/27/diez-anos-sin-jerzy-kawalerowicz/

Pero no sólo Egipto ha sido protagonista en tramas con actores, sino que hay una buena cantidad de dibujos animados: “Tintin y los cigarros del faraón”, “Asterix y Cleopatra”, “el Príncipe de Egipto” o incluso Los Simpson,

Los cómics  no podían quedarse aparte y algunos son realmente buenos. Tres son nuestros preferidos “Érase una vez el hombre. Los valles fértiles y Egipto”, o más reciente  “La Reina del Valle del Desierto”  de las egiptólogas Mila Álvarez e  Irene Morfini, además del que ya os hemos comentado “Asterix”.

En cuanto a las novelas las hay a montones, porque Egipto fascina y atrapa .Un clásico que hemos leído casi todos los amantes de Egipto es “Sinuhé el egipcio”, de Mika Waltari y “La venganza de Nofret” de Agatha Christie. No se ajustan a la historia real, pero sí están ambientadas en el antiguo Egipto y son muy divertidas.

Mucho más recientes son las novelas del egiptólogo francés Francis  Fèvre. Os invitamos a que naveguéis en Intenet y veáis toda su bibliografía. La ventaja de este autor es que, sin renunciar a la ficción,  incorpora datos históricos. Menos rigurosa pero igualmente entretenidas son las novelas de Pauline Gedge.

Y si barremos para casa, no podemos dejar de recomendar libros escritos por españoles, entre los que podemos destacar a Antonio Cabanas, autor de “El ladrón de tumbas”, “la Conjura del Faraón” o “Las lágrimas de Isis”, entre otras, o a Nacho Ares, arqueólogo y autor de “La tumba Perdida”, “El sueño de los faraones” o “La hija del sol” . Pero recordad, aunque son libros bien documentados, todos son ficción y no sustituyen a los libros de historia.

Textos: Elisa Castel y Helena Oliver

Fotografías: Teresa Armijo, Elisa Castel, Miguel Gamero, Antonio Lobo, Helena Oliver, Francisco Pérez Vázquez, Cristina Pino, Rosa Pujol, Jaume Vivó, SoloEgipto.

Para el resto de imágenes, las citadas en los pies de foto.