Conferencia impartida el 25 de octubre de 2023 en la Universitat de València. Organizada por el Instituto Valenciano de Egiptología con la colaboración del departamento de Historia Antigua de la Universitat de València.

Hace 2500 años, en una conocida afirmación, el historiador de Halicarnaso Heródoto describía a Egipto como un don del Nilo. Ciertamente, sin este río, y sin su virtud de proporcionar inundaciones anuales, la civilización egipcia nunca hubiera existido, su territorio sería un completo desierto. Los egipcios eran conscientes de ello, pero para aprovechar el caudal del río tuvieron que controlarlo, mediante canales y diques, sometiendo a su fauna salvaje. El río Nilo era la base del motor económico egipcio, podía ofrecer abundancia en las cosechas cuando su inundación anegaba todas la parcelas de cultivo, pero también podía causar muerte si la inundación era escasa, o destrucción si era excesiva. Por ello, el Nilo también era considerado como la manifestación de un dios, Hapy, al que dedicaron numerosos himnos. Desde la visión religiosa, el Nilo nacía en la primera catarata, pero cualquier egipcio sabía que su curso remontaba mucho más lejos aguas arriba, de modo que era inevitable preguntarse por su origen, ¿dónde estaban sus fuentes?. Por otra parte, el comportamiento del río parecía muy extraño, ¿por qué coincidiendo con el máximo calor estival, cuando el cielo egipcio es azul y exento de nubes, el río tenía su caudal máximo? Durante siglos, la naturaleza del Nilo también fue un gran misterio.

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