Los egipcios antiguos otorgaron el nombre de Libro de la Salida al Día al conjunto de unos doscientos textos, acompañados de imágenes, que fueron usados entre finales del Segundo Periodo Intermedio y el final del Periodo Ptolemaico como herramienta para ayudar al finado en su tránsito hacia el Más Allá y su supervivencia en este ámbito. Con un origen, extensión y temática variados, las fórmulas de este compendio se atestiguan sobre multitud de soportes, se integran en una tradición continua de composiciones funerarias que hunde sus raíces hasta el Reino Antiguo y experimentan cambios graduales a lo largo de los 1.400 años en que estuvieron en uso.

Por Lucía Díaz Llanos